El nuevo contrato de suministro que licitará el Consistorio, valorado en 125 millones de euros, incluirá la exigencia de que toda la energía suministrada sea de origen verde
La Ciudad Condal se suma a otras grandes capitales que han incluido este requisito en sus suministros, como Madrid, Zaragoza, Alicante o Cádiz
Será un “acuerdo marco de transición” hasta la creación de su propia comercializadora en 2018 e incluirá medidas contra la pobreza energética, según fuentes municipales
Como acaban de hacer Madrid y Cádiz, y antes Zaragoza y Alicante, el Ayuntamiento de Barcelona también exigirá que el 100% de la electricidad consumida por el consistorio sea de origen renovable.
El Ayuntamiento barcelonés sacará a concurso en breve un acuerdo marco de suministro de electricidad para el consistorio y otros organismos asociados que incluirá esta exigencia, confirman fuentes municipales, que explican que el pliego de condiciones del contrato será analizado la semana que viene por la Comisión de Presidencia del consistorio.
En él, además de esta exigencia, se incluirán cláusulas específicas que palíen los efectos de la pobreza energética. Las mismas fuentes señalan que este “va a ser un acuerdo marco de transición” hasta la puesta en funcionamiento, prevista para el otoño de 2018, de una comercializadora municipal de titularidad pública, que estaba recogida en el programa electoral con el que Ada Colau ganó las elecciones de mayo de 2015.
El nuevo contrato está valorado en 125 millones de euros, sin incluir el IVA, y se dividirá en varios lotes, según el anuncio previo publicado en el Diario Oficial de la Comisión Europea el pasado 17 de diciembre. El contrato tendrá una duración inicial de 24 meses, con posibilidad de prórroga por otros dos años, y se dividirá en varios lotes. Uno de ellos incluirá el “suministro eléctrico en baja tensión en edificios/instalaciones que dispongan de sistemas de producción de energía fotovoltaica”. Previsiblemente, el anuncio de licitación se publicará la semana que viene.
La empresa que actualmente presta el servicio de suministro eléctrico al Ayuntamiento de Barcelona es Endesa, que tiene el monopolio de la distribución en Catalunya. El contrato vigente, que es anterior a la llegada de Colau a la alcaldía (de 2013), ya incluía algunas medidas de fomento de las energías renovables, pero no esa exigencia de electricidad verde.
Cada vez más municipios
Con este contrato, las dos mayores ciudades de España van a apostar por contratar electricidad de origen 100% renovable con comercializadoras que tienen certificada su producción como limpia por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a través de un sistema de garantía de origen. En los dos últimos dos años se han sumado a esta tendencia centenares de municipios. Y en breve va a ser una realidad en las dos ciudades más pobladas de España.
El salto cualitativo en esta transición energética ha llegado con Madrid (3,1 millones de habitantes), que el pasado 30 de diciembre anunció que a partir de este mes todos sus edificios municipales (oficinas, colegios, centros culturales, de mayores, de servicios sociales y deportivos, bibliotecas, escuelas infantiles, las sedes de la Policía Municipal, SAMUR y Bomberos…) funcionan con energía eléctrica 100% de origen renovable, en virtud de un acuerdo con Endesa, que ya era su suministrador. El consistorio madrileño ha prorrogado el contrato con la eléctrica incluyendo esta cláusula.
Otro ejemplo es Cádiz (120.468 habitantes), desde el 1 de enero de 2016. La particularidad en este caso es que el suministro lo presta Eléctrica de Cádiz, comercializadora y distribuidora de la que el consistorio es principal accionista con el 55% (otro 33,5% es de Endesa y el 11,2% restante, de Unicaja).
“Con datos de 2015, nos convierte en la mayor comercializadora nacional por número de usuarios que vende energía 100% renovable”, señalaba hace unos días David Navarro, presidente de la empresa municipal y concejal de Economía y Hacienda del ayuntamiento gaditano, al anunciar que la energía que suministra la compañía es 100% verde.
A diferencia de lo que ocurre con los consumidores domésticos, que para exigir 100% de energía verde tienen que acudir a un contrato en el mercado libre más caro que el regulado del previo voluntario al pequeño consumidor (PVPC), para la Administración optar por este tipo de cláusulas no implica un sobreprecio, dado su mayor poder de negociación con la comercializadora.
Las Vegas se ha convertido en la primera gran urbe de Estados Unidos en utilizar electricidad solo de origen renovable en todos sus dificios e infraestructuras públicas, fundamentalmente gracias a los 100 megavatios aportados por la planta fotovoltaica Boudel Solar I, localizada al sur del Estado de Nevada. A finales de 2017, la presa de Hoover también suministrará energía hidroeléctrica a la región.
Las Vegas inició en 2008 su andadura hacia la energía 100% renovable. Desde entonces, la ciudad se ha ido llenando de sistemas solares situados en edificios, parques, o sobre tejados industriales (como la planta de tratamiento de aguas residuales), de manera que toda la infraestructura pública, desde los edificios de gobierno hasta las luces en las calles, ya se abastecen de electricidad producida de manera renovable.
Así, a fecha de hoy, un total de 140 instalaciones proporcionan energía limpia y verde a la ciudad, según informa Las Vegas Review-Journal. Se estima que gracias a ello, el Ayuntamiento se está ahorrando en torno a cinco millones de dólares cada año.
Con la finalización del gran proyecto Boulder Solar I, construido mediante una alianza con NVEnergy –compañía eléctrica con la que el Ayuntamiento suscribió un acuerdo hace un año–, la alcaldesa de Las Vegas, Carolyn Goodman, pudo anunciar hace una semana que la meta de usar solo electricidad renovable había sido ya alcanzada. La instalación, de 100 MW, se encuentra en el Valle de Eldorado (sur de Nevada), junto con la planta solar Boulder II, de 50 MW.
La ciudad de los casinos, cuya áarea metropolitana ronda los dos millones de habitantes, cuenta también con instalaciones geotermales y a partir de finales de 2017 empezará a recibir energía de la central hidroeléctrica Hoover Dam, que complementará las fuentes renovables existentes.
El éxito de esta ciudad podría empujar a otras, como San Francisco o San José, que se han comprometido a producir el 100% de su energía en forma renovable para 2035, a tratar de alcanzar su meta con mayor rapidez.
El país prevé alcanzar con creces el objetivo climático acordado en la cumbre de París que era llegar al 40% para 2030
Sin un gran apoyo económico estatal, su potencial para las renovables ha hecho que compañías públicas y privadas de todo el mundo inviertan en el proyecto
El Gobierno indio ha pronosticado que superará los objetivos sobre energía renovable fijados en París el año pasado en casi la mitad y tres años antes de lo previsto. El boceto de un plan energético a diez años publicado esta semana predice que el 57% de la capacidad total eléctrica de India provendrá de fuentes de energía renovables en el año 2027. El objetivo climático que se acordó en París era del 40% para el año 2030.
Según los analistas, la previsión refleja un incremento de la inversión privada en este tipo de proyectos durante el año pasado.
El proyecto del plan nacional de electricidad también indica que no se necesitarán nuevas centrales de carbón para satisfacer las necesidades energéticas de India al menos hasta 2027. Esto plantea nuevas dudas dudas sobre la viabilidad de las inversiones mineras indias en el exterior, como la mina Carmichael de la compañía energética Adani en Queensland, la mina de carbón más grande que se había planeado levantar en Australia.
El ministro de Energía de India, Piyush Goyal, ha lanzado un llamamiento a las naciones más ricas para que inviertan en proyectos de energía renovable, y ayudar así al país a alcanzar y superar los objetivos que se acordaron en París en noviembre de 2015.
El Estado no va a realizar importantes inversiones, pero Tim Buckley, director de la Institution for Energy Economics and Financial Analysis, explica que India ha compensado este déficit con una afluencia de capital procedente del sector privado tanto nacional como extranjero en el último año.
La empresa japonesa Softbank junto a la compañía taiwanesa Foxconn y el grupo empresarial indio Bharti Enterprises, se ha comprometido a invertir 19.130 millones de euros en el sector de energía solar indio.
En septiembre, la compañía energética francesa EDF (en gran medida propiedad del Estado francés) anunció que invertirá 1.915 millones de euros en proyectos indios de energía renovable, señalando la enorme demanda proyectada por parte del país y el «fantástico» potencial de su energía eólica y solar.
Adani abrió la mayor planta de energía solar del mundo en el Estado indio de Tamil Nadu a principios de este año. En octubre, el conglomerado energético Tata anunció que tenía como objetivo generar hasta el 40% de su energía a través de fuentes de energía renovables en el año 2015.
Buckley ha dicho también que la «completamente transfomadora» previsión india también ha sido posible por los avances tecnológicos que han hecho que el precio de la energía solar haya caído en un 80% en los últimos cinco años.
«India avanza en dejar de lado a los combustibles fósiles a un ritmo difícilmente imaginable hace solo dos años», asegura. «Goyal ha expuesto un plan energético que es viable y está comercialmente justificado sin subvenciones, para que grandes empresas internacionales y de servicios públicos se comprometan con él».
En las previsiones para 2027, India quiere generar 275 gigavatios de energíacompletamente renovable, además de 72 gigavatios de energía hidroeléctrica y 15 gigavatios más procedentes de energía nuclear. Casi 100 gigavatios provendrían de otras fuentes de «cero emisiones» y se espera que los progresos en eficiencia energética alivien la necesidad de un incremento de capacidad de 40 gigavatios en los próximos 10 años, como indican las previsiones.
Los proyectos energéticos basados en el carbón –unos 50 gigavatios– procedentes de que están siendo desarrollados en India quedarían «en su mayor parte abandonados» según esta previsión, asegura Buckley. Los modelos oficiales muestran que «no se necesita ninguna de estas instalaciones antes de 2022 y probablemente tampoco hasta 2027».
En todo el mundo se está gestando una revolución energética sin precedentes. En los países desarrollados, las infraestructuras existentes se mueren o desaparecen: Las nucleares envejecen, dan problemas serios en más del 1% de los casos y cuesta una fortuna sustituirlas por centrales nuevas… Las plantas de carbón desaparecen porque, para nuevas plantas de generación, las energías alternativas, solar y eólica, son más baratas y limpias. Tarde o temprano, los impuestos ambientales harán inviables también a las viejas y sucias plantas ya amortizadas.
Tenemos los recursos: La energía del Sol recibida en la Tierra es 2.000 veces la que consumimos. Podemos acceder a más de 200 veces esa energía. Si, además, racionalizamos su consumo, ahorrando vía eficiencia, tendremos acceso a casi 300 veces la energía que consumimos. Solo necesitamos 1 de esas 300 veces… Pero es que, además, ya tenemos las tecnologías para hacerlo de manera rentable, con generación de electricidad solar, eólica e hidroeléctrica competitivas. Y tenemos los recursos financieros para financiar esa revolución, de manera que los ahorros obtenidos superan en varias veces las inversiones necesarias…
¿Qué nos falta? Un empujón legislativo que acelere la internalización de los costes externos de la contaminación y proteja las inversiones en infraestructuras energéticas limpias.
Presente insostenible
¿Qué tenemos hoy? Un mundo con 7.400 habitantes. De ellos, unos 1.200 millones no tienen acceso a electricidad y, menos, a movilidad.
1.- Electricidad. Mayoritariamente carbón y gas natural. En menor medida, nuclear. Y menos del 20% renovable, incluyendo hidroeléctrica, biomasas, eólica y solar. Las plantas nucleares y de carbón se acercan al final de su vida útil. Nadie en su sano juicio va a invertir miles de millones en unas nucleares cuyo coste es desquiciado, sus seguros impagables, sus residuos inmanejables y sus riesgos inaceptables… al menos en occidente. Las plantas de carbón ya solo se construyen en China e India, pero no por mucho tiempo: La electricidad que producen es más cara que la producida con sol o viento.
2.- Transporte: 120.000 grandes buques, 40.000 aviones comerciales y 1.200 millones de coches y camiones…. El 99% son de hidrocarburos…
3.- Edificios, Industrias, Agricultura y Bosques: Hoy tenemos apenas un 1% de los edificios que cumplen las nuevas normas de eficiencia…y el consumo energético de estos 4 sectores está basado en hidrocarburos para climatización y explotación
El futuro
En 2050 habrá unos 9.000 millones de habitantes. Todos ellos más ricos y demandantes de recursos que ahora…
1.- Electricidad: Deberá ser más del 90% producida con fuentes libres de carbono: Hidroeléctrica, solar, eólica, geotérmica y cualquier otra que desarrollemos. Más mucha capacidad de almacenamiento, mucha generación distribuida. En España, muchas interconexiones eléctricas con Francia, Portugal y Marruecos. Mucha investigación y desarrollo para gestionar la intermitencia. Y algo de respaldo (solar de concentración, baterías, hidráulica reversible,… como mucho, gas natural convencional y nuclear residual).
2.- Transporte: En 2050 habrá el doble de barcos, aviones, coches y camiones. Ejemplo, Coches: En la OCDE seguirá habiendo 70 coches por cada 100 habitantes, pero en el resto del mundo pasarán de 5 a 15 coches por cada 100 habitantes (hoy 300 M coches/6000 M habitantes; en 2050, 1.200 Mc/8.000 Mh). Tendrá que haber prohibición de matriculación de diesel y gasolina a partir de 2030 como muy tarde. Más ferrocarril que camión. Todo eléctrico. Más público que privado. Coche eléctrico o de pila de hidrógeno. O cualquier tecnología limpia que descubramos. Impuestos al carbono para forzar a barcos y aviones a nuevas tecnologías.
3.- Edificios, Industrias, Agricultura y Bosques mucho más eficientes, rehabilitación del 2% de los edificios cada año. Nuevas normas, nuevos procesos. Esto necesitará 30-40-50 años, pero sin perder un solo y empezando AYER. Calefacción y frío por bomba de calor. Eléctrica, ni gas ni gasóleo. Obviamente, con una tarifa eléctrica inteligente.
¿Qué nos falta? Una legislación adecuada. Una Ley de Transición Energética, una Ley de cambio climático. Inteligentes. Sin prejuicios. El objetivo es descarbonizar el 90% de la economía en 2050. Con un horizonte a 35 años, no podemos esperar a 2049. Estas cosas requieren décadas, generaciones, dada la longevidad de las infraestructuras.
Sin una legislación como la que pido, las eléctricas seguirán quemando carbón, prorrogarán más allá de lo razonable las actuales centrales nucleares (aunque no construirán una nueva ni regalada…), utilizarán el gas natural hasta 2100, frenarán el autoconsumo y la generación distribuida… Las petroleras seguirán frenando la electrificación del transporte, de la calefacción, vía tarifa eléctrica desquiciada.. Los fabricantes de coches seguirían con el diesel y la gasolina y no se volcarán decididamente hacia el coche eléctrico o de hidrógeno hasta que sea demasiado tarde.
Esto no es cambiar el teléfono fijo por el móvil, comprar un PC o conectarse a internet por 30 ¤. Esto implica desmantelar las actuales infraestructuras energéticas, urbanas, industriales y de transporte y sustituirlas por unas nuevas, sostenibles y libres de emisiones. En España, unos 10.000 millones de Euros anuales durante 35 años.
Pero que nadie se asuste, podemos hacerlo y, de ese modo, ahorrar 35.000 Millones de Euros anuales en hidrocarburos. Generando empleo y crecimiento económico.
La propuesta de Directiva Comunitaria actualmente en discusión es una inmejorable oportunidad. Hagamos lo imposible por frenar a los que la frenan.
Y hagamos llegar a la Comisión y el Parlamento Europeos todas nuestras ideas de sostenibilidad.
De confirmarse el alza el día 31 la tarifa regulada encadenaría 8 meses de ascensos
El coste de producción de la electricidad en España ha seguido encareciéndose durante la primera quincena de diciembre con respecto a noviembre, lo que supone en el recibo eléctrico de los hogares acogidos al Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) una subida cercana al 3,5% con respecto al pasado mes, informa Servimedia.
Este incremento se explica porque el precio de generación de la electricidad en España se ha elevado un 9,1% durante los 16 primeros días de diciembre al pasar de 56,13 euros por megavatio hora en noviembre a 60,21, según los datos del «pool» eléctrico del operador del mercado OMIE.
Dado que el componente de la energía supone en torno a un 37,5% del recibo de la luz, cuyo restante se forma con los impuestos y los peajes, este aumento del precio de la electricidad tiene un impacto al alza en la factura del 3,4%. De confirmarse esta subida en lo que resta del mes de diciembre, la tarifa regulada de la electricidad encadenaría ocho meses de ascensos. En términos anuales, si se compara el dato de lo que va de diciembre con el del mismo mes del año pasado, el precio de producción de la electricidad se ha encarecido un 16,3% ya que entonces se situó en 52,61 euros por MWh, lo que supone en el recibo una subida del 6,1%. A esta subida se debe contrarrestar el impacto del descenso del 2,8% de los peajes eléctricos con respecto al año pasado, que al trasladarse a la factura supone una bajada del 1,75%, lo que da como resultado un encarecimiento del recibo final del 4,35%.
Pacto de Estado de la Energía
Por otra parte, el grupo socialista, a través de su portavoz en Industria, Ángel Mato, defenderá en el Pleno del Senado de esta próxima semana una moción consecuencia de interpelación en la que propondrá al Gobierno impulsar un Pacto de Estado de la Energía, aprobar sobre la base del acuerdo político una Ley de transición energética y lucha contra el cambio climático, erradicar la pobreza energética y asegurar una tarifa social adecuada que garantice el acceso a un consumo mínimo de energía para las personas más vulnerables.
Mato ya afirmó en la pasada sesión plenaria que la reforma energética del PP fue «un desastre», que contó con el rechazo de los distintos ámbitos políticos y sociales y que disparó el precio de la luz y la pobreza energética.
Asimismo, el senador gallego subrayó que hay que exigir al Ejecutivo que ponga en marcha medidas específicas para garantizar un suministro eléctrico y de gas a los consumidores más vulnerables y que se legisle para impedir la desconexión del gas o la luz a dichos clientes en periodos críticos. En la moción, el grupo socialista propone al Gobierno impulsar un Pacto de Estado de la Energía a partir del diálogo de todas las fuerzas políticas y los representantes de la sociedad.
Promueven que los consumidores corten el suministro eléctrico a partir de las 19:00 y durante una hora en señal de protesta por el incremento del precio de la energía eléctrica. También reclaman la aplicación del tipo de IVA superreducido a la electricidad, pasando del 21% actual al 4% por ser considerado un servicio esencial para la ciudadanía
Las 25 organizaciones de la sociedad civil impulsoras del manifiesto www.nomascortesdeluz.org, que apoyan ya nueve partidos políticos, convocan movilizaciones a nivel estatal este 21 de diciembre para reivindicar la paralización de los cortes de electricidad a familias sin recursos y medidas gubernamentales contra el incremento de la tarifa mensual.
Los convocantes hacen un llamamiento a todos los usuarios a apagar la luz durante una hora a partir de las 19:00. Ese día también se celebrarán concentraciones en numerosas ciudades. La iniciativa está promoviéndose en las redes sociales con la etiqueta #Apagón21D.
El manifiesto recoge seis reivindicaciones para acabar con los cortes de luz a familias sin recursos y las elevadas tarifas que sufren los usuarios domésticos en España. Las organizaciones impulsoras de la iniciativa son Alianza contra la Pobreza Energética, Amigos de la Tierra, Anticapitalistas, Asgeco, Attac, CCOO, CGT, Confederación Intersindical, Convocatoria Cívica, Democracia real YA!, Ecologistas en Acción, FACUA-Consumidores en Acción, Frente Cívico Somos Mayoría, Fundación Internacional de Derechos Humanos, Greenpeace, InspirAction, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Plataforma Garanticemos las Pensiones, Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, Red de Solidaridad Popular, Somos Izquierda, Somos Sindicalistas, UGT, Unccue, USO y WWF.
REIVINDICACIONES
1. Prohibición legal de todos los cortes de luz a familias con problemas económicos. Las eléctricas deberán dirigirse a la administración para comprobar la situación de las familias que no abonen sus recibos. Si sufren vulnerabilidad económica, no podrán cortarles el suministro y el coste será asumido por las compañías.
2. Fin a los abusos tarifarios. Aprobación de una tarifa asequible, regulada por el Gobierno, a la que podrán acogerse todos los consumidores domésticos en su primera residencia.
3. Creación de una auténtica tarifa social. Sustitución del actual bono social por una tarifa de reducida cuantía dirigida a las familias con bajos niveles de renta, sufragada por las eléctricas.
4. Reconocimiento y devolución por parte de las grandes eléctricas de los 3.500 millones de euros que cobraron indebidamente en conceptos de Costes de Transición a la Competencia (CTCs).
5. Auditoría al sistema eléctrico. Realización de un análisis de los costes del sistema desde que se puso en marcha la liberalización del sector, con el objetivo de determinar el precio real de las tarifas eléctricas.
6. Aplicación del tipo de IVA superreducido a la electricidad, pasando del 21% actual al 4% por ser considerado un servicio esencial para la ciudadanía.
Un estudio publicado en Environment International analiza por primera vez datos de contaminación y mortalidad de toda España y revela que la exposición a partículas en suspensión puede producir pérdidas de hasta casi un año en la esperanza de vida.
Una investigación liderada por científicos de ISGlobal arroja nuevas evidencias sobre las graves consecuencias de la contaminación atmosférica sobre la salud. A diferencia de estudios anteriores, que se habían centrado en áreas geográficas reducidas, en esta ocasión los expertos analizaron datos correspondientes a la mortalidad, los niveles de contaminación y las zonas verdes de todo el territorio español entre 2009 y 2013.
Los resultados ponen de manifiesto que las concentraciones de contaminación atmosférica están asociadas con importantes reducciones en la esperanza de vida. En concreto, el estudio, publicado en Environment International, halló que un incremento de 5 μg/m3 en la concentración de partículas PM10 resultó en una pérdida de casi un año de vida. A su vez, un aumento de 2 μg/m3 en la concentración de partículas PM2.5 se relacionó con una reducción de 7 meses de vida.
De la misma manera, un análisis de las tasas de mortalidad estandarizadas reveló que dichos incrementos en la concentración de partículas PM10 y PM2.5 estaban asociados con un aumento del riesgo de mortalidad del 5,7% y del 3,7%, respectivamente.
“La exposición a la contaminación atmosférica ya se había asociado con un incremento en las tasas de mortalidad, pero hasta ahora pocos estudios se habían centrado en la esperanza de vida y la mayoría tenía una cobertura espacial restringida”, afirma Carmen de Keijzer, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
Resultados contradictorios en espacios verdes
Para la realización de este estudio de áreas pequeñas realizado en el contexto del proyecto LIFE MEDHISS, los investigadores dividieron la totalidad del estado español en 2.148 áreas con al menos 3.500 habitantes que abarcaban una población total de 44,5 millones de personas.
En lo que se refiere a la presencia de espacios verdes, los resultados del estudio son contradictorios. “De la misma manera que había ocurrido en otros estudios anteriores, en nuestro caso los espacios verdes se asociaron a un aumento de la esperanza de vida en zonas con nivel socioeconómico bajo, mientras que se asociaron a una reducción de la esperanza de vida en zonas más prósperas”, explica Xavier Basagaña, investigador de ISGlobal que ha coordinado el estudio.
“Es difícil valorar el efecto de los espacios verdes sin tener más información sobre el tipo de espacio y el uso que tiene por parte de la población”, añade. “Pese a que hará falta más investigación para aclarar esta última cuestión, la asociación entre contaminación atmosférica y mortalidad es una evidencia. Hacerle frente debería ser una prioridad de salud pública”, concluye.
Referencia bibliográfica:
de Keijzer C, Agis D, Ambrós A, Arévalo G, Baldasano JM, Bande S, Barrera-Gómez J, Benach J, Cirach M, Dadvand P, Ghigo S, Martinez-Solanas È, Nieuwenhuijsen M, Cadum E, Basagaña X; MED-HISS Study group. The association of air pollution and greenness with mortality and life expectancy in Spain: A small-area study. Environ Int. 2016 Nov 18. pii: S0160-4120(16)30755-3. doi: 10.1016/j.envint.2016.11.009.
Aunque de entrada los árboles de navidad de plástico parecen una opción mejor para el planeta lo cierto es que no es necesariamente así, y la respuesta sobre qué opción es mejor no es sencilla. Según el artículo Real Christmas Trees Or Fake Ones — Which Are Better For The Planet? del Huffington Post, «en igualdad de condiciones los pinos de verdad parecen una opción mejor para la Tierra, pero en ciertas circunstancias el árbol artificial puede ser una buena opción.»
Entre esas «circunstancias» el artículo incluye el material en el cual está fabricado el árbol de plástico. Por ejemplo, el PVC (policloruro de vinilo) es un material no reciclable y tóxico para la salud y para el medio ambiente. El polietileno (PE) es una opción «menos tóxica».
También cuenta cuál es el lugar de origen del árbol: no es lo mismo que el árbol artificial sea de fabricación local o nacional a que haya que traerlo desde países asiáticos como China, «lo que aumenta significativamente la huella de carbono», la emisión de CO2 asociado a su transporte (la de producción sería igual). Para amortizarla hay que estar dispuesto a utilizar el árbol de plástico entre 10 y 20 navidades — aunque lo cierto es que el PVC seguirá siendo PVC dentro de diez años, y no se podrá reciclar.
Por su parte los árboles de navidad reales se cultivan con el fin de ser «árboles de navidad», por lo que —según el artículo— es mejor para todos hacerse con uno de éstos, especialmente si se adquiere en un vivero o cultivo local: los árboles de verdad cumplen su función biológica durante su crecimiento, y una vez usados (a diferencia de los de PVC) se pueden reciclar.
El estándar de construcción diseñado a finales de los ochenta en Alemania consigue, mediante el aislamiento, que el consumo de energía se limite a la mínima expresión.
La casa de Alejandro y Esther no es como las demás. Hay razones obvias desde el exterior: se trata de un chalet en Rivas (Madrid) con 300 metros cuadrados construidos, pocas ventanas y un jardín con piscina que firmaría —casi— cualquier español. Las sensaciones, por dentro, son extrañas. Se echan en falta pequeños detalles de las demás casas: que la temperatura varíe en cada habitación, una corriente de aire o el constante runrún de los coches en la calle. Incluso los radiadores. En la casa de Alejandro y Esther siempre hay silencio a 24 grados centígrados: «Cuando llueve nos enteramos por la ventana, ni siquiera se escuchan las gotas al caer», dice Esther, divertida. La casa de Alejandro y Esther no es como las demás porque es una de las primeras casas pasivas de España.
La casa de Alejandro y Esther no es como las demás. Hay razones obvias desde el exterior: se trata de un chalet en Rivas (Madrid) con 300 metros cuadrados construidos, pocas ventanas y un jardín con piscina que firmaría —casi— cualquier español. Las sensaciones, por dentro, son extrañas. Se echan en falta pequeños detalles de las demás casas: que la temperatura varíe en cada habitación, una corriente de aire o el constante runrún de los coches en la calle. Incluso los radiadores. En la casa de Alejandro y Esther siempre hay silencio a 24 grados centígrados: «Cuando llueve nos enteramos por la ventana, ni siquiera se escuchan las gotas al caer», dice Esther, divertida. La casa de Alejandro y Esther no es como las demás porque es una de las primeras casas pasivas de España.
Por qué una bomba de calor es el sistema de calefacción más eficiente
Aunque no es muy conocido ni utilizado en España, el sistema de la bomba de calor hace que su consumo de energía sea reducido en comparación con su rendimiento
El concepto de casa pasiva nace a finales de los setenta como un tipo de construcción enfocada a la eficiencia energética. El objetivo es simple: reducir al mínimo en consumo energético por medio de medidas pasivas, como el aislamiento o la orientación del edificio, para mantener en el interior una temperatura confortable sin necesidad de calefacción o aire acondicionado. La casa pasiva se materializó en varios prototipos hasta que, entrados los ochenta, los doctores Bo Adamson y Wolfgang Feist postularon unos estándares de construcción que, a la postre, serían las bases sobre las que pivota el Passivhaus Institute, entidad certificadora a nivel internacional de las casas pasivas.
Alejandro y Esther tenían un terreno en Rivas, un presupuesto y la ilusión de construir una casa donde vivir con sus tres hijos. Acudieron al estudio del arquitecto David Marsinyach sin saber qué era una casa pasiva y terminaron viviendo en una enorme construcción de madera sin radiadores. «Entraba dentro de nuestro presupuesto, tuvimos la oportunidad de diseñarla y, claro, también importaba el ahorro energético», explica Alejandro. La familia paga 82 euros de factura energética en diciembre mientras que sus vecinos, solo en calefacción, se dejan en torno a 300 euros. Los fabricantes de casas pasivas estiman un sobrecoste de entre el 2% y el 6% en construcciones que cumplan los estándares ‘passivhaus’, que se amortizarían en un plazo máximo de siete años con la factura de la luz. En el caso de las construcciones de madera se abaratan los costes en general, como sucede con la casa de Alejandro y Esther que, nueva, sale más barata que el mercado de segunda mano.
La clave de las casas pasivas es el aislamiento. El Passivhaus Institut provee un ‘software’ a los arquitectos, llamado PHPP, que marca las pautas de construcción para cada proyecto: que si un triple acristalamiento aquí, que si forra ese tabique con vidrio celular, cuidado con ese puente térmico, recuerda que no es lo mismo tener árboles de hoja caduca que perenne alrededor de la casa. «En realidad, el programa te lo da todo hecho, luego hay que conseguir que la obra se ejecute con ese nivel de excelencia, y no es fácil, créeme», dice Marsinyach entre risas.
Durante la certificación el arquitecto trabaja con un inspector del Institut durante toda la construcción para asegurarse de que se cumple con el manual (PDF). «Si se nos ocurre alguna solución alternativa tenemos que enviarla a Alemania para que la estudien. Una vez que la aprueban, entra en el manual», dice Marsinyach, orgulloso de aportar un sistema de calentamiento de agua de bajo consumo al movimiento passivhaus. Es la única medida activa de la casa junto al sistema de ventilación, en constante funcionamiento, que saca el aire viciado y lo renueva constantemente. En el tránsito, detalla Marsinyach, el aire caliente templa el frío que llega de la calle, logrando no solo climatizar la casa, sino evitar la entrada de impurezas. «No hay polvo en los muebles», afirma Alejandro.
Para obtener el certificado del Passivhaus Institut, además de pagar una cifra en torno a 3.000 euros, hay que pasar el temido Blower Test. «Se trata de ubicar un gran ventilador en la puerta de la casa y, con una cámara térmica, los inspectores vigilan que no haya pérdidas de calor. Para que te hagas una idea, el aire de una casa normal, con todo cerrado, se renueva seis veces diarias por las pérdidas. A nosotros nos permiten un máximo de 0,6 ventilaciones por día», afirma Marsinyach. Hay otros tres requisitos técnicos: que las demandas de calefacción y refrigeración sean inferiores a 15 kWh/(m²a) y la de energía primaria baje de 120 kWh/(m²a). Una casa normal consume en torno al 90% más.
«¿Sabes lo que es raro? No poder abrir las ventanas. En verano, cuando están los niños en la piscina, se nos hace extraño mantener la puerta cerrada», dice Esther. «Yo se lo dejé muy claro desde el principio: puedes abrir las ventanas cuando quieras, pero estás perdiendo dinero», le responde el arquitecto. El pasado verano, en plena ola de calor, el matrimonio reconoce que las medidas pasivas se desbordaron y que sudaron como el resto de mortales; ahora valoran incluir una ventana en la parte superior de la casa para dejar que el calor escape en verano.
La casa de Alejandro y Esther es uno de los últimos ejemplos de una tendencia creciente en España. Desde 2011 los arquitectos especializados han notado un aumento en el interés de sus clientes por este tipo de construcción. Lo achacan al repunte de la factura energética, a los últimos coletazos de la crisis e incluso a que obtener el certificado es una inversión, ya que los planes de construcción nacionales apuntan en la misma dirección —aislamientos, hermeticidad, aprovechamiento de la energía— y en algunas ciudades europeas como Bruselas es obligatorio construir bajo estos estándares desde 2012. En Alemania, cientos de pequeños municipios vigilan los aislamientos bajo los criterios del doctor Feist.
Un estándar en Alemania e Inglaterra
A diferencia de países como Alemania, Francia o Inglaterra, que cuentan con cientos de edificios certificados, en España apenas superamos la veintena. Todo obra privada excepto algunos proyectos piloto que el Gobierno vasco ha constituido en VPO: «El modelo de edificio pasivo es perfecto para grandes edificios de oficinas y viviendas de protección oficial, porque permite que sus inquilinos, que en principio no tienen grandes recursos económicos, se liberen de los gastos de electricidad. Además es mucho más eficiente y ecológico; yo he conocido promociones de 1.000 VPO en Vallecas que compartían sistema de calefacción y no se podían encender hasta que se llenasen todas las casas», lamenta Marsinyach. En Bilbao, haciendo gala de su naturaleza grandilocuente, podrán presumir el próximo año del edificio pasivo más grande del mundo, que contará con 108 viviendas protegidas y 63 sociales.
Uno de los osbtáculos a los que se enfrentan los estándares de casa pasiva es que solo certifican a las nuevas construcciones, lo que circunscribe el potencial de clientes a los que pueden permitirse la creación de una casa unifamiliar. «Lamentablemente uno no puede aislar solo su piso, tiene que hacerlo todo el edificio, y entonces no será considerado Passivhaus, sino EnerPHit, que es un certificado para rehabilitaciones», advierte Daniel Diedrich, otro arquitecto que se especializó en la materia en lo más riguroso de la crisis.
Diedrich está a punto de entregar las llaves de una casa pasiva en la que ha ido más allá de los estándares: mediante unos paneles solares en el techo aspira a que la casa no solo sea autosuficiente sino que, ante el inminente cambio de la legislación en autoconsumo, sus inquilinos puedan vender el excedente a Iberdrola. «La casa está preparada para cuando caiga el impuesto al sol. Tiene un contador de electricidad reversible que, cuando generas más electricidad de la que consumes, descuenta gasto», asegura Diedrich. Según su versión, en el peor de los escenarios el ahorro energético corresponde a un 80%.
Diedrich presume de que la nueva construcción, llamada Titania y ubicada en la calle Arturo Soria (Madrid), será certificada como la primera Passivhaus Plus de España, ya que genera más energía de la que consume. «Con 3.000 vatios —el consumo de un calefactor eléctrico— conseguimos climatizar 180 metros cuadrados a base de hacer como los ingenieros de la Fórmula 1: preocuparnos por el detalle para pulir centésimas», dice el arquitecto. Existe una última categoría, la Passivhaus Premium, que corresponde a edificios cuya producción de energía renovable casi duplica a su consumo.
Diedrich ha utilizado un sistema de ventilación basado en la aerotermia, similar al de Marsinyach en Rivas, que suple las necesidades de calefacción. También como Marsinyach, Diedrich ha detectado que la arquitectura ‘passivhaus’ sufre con el estío español: «Es mucho más difícil mantener la temperatura en verano que en invierno; ten en cuenta que los electrodomésticos, y los seres humanos, somos fuentes de calor, pero no hay ninguna de frío. Y tampoco podemos negar que el estándar de casa pasiva se diseñó en Alemania, que es un país de clima frío», argumenta Diedrich. «Cuando en la calle hay 38 grados, poco se puede hacer», apunta Marsinyach.
Puedes abrir las ventanas cuando quieras, pero tienes que comprender que estás perdiendo dineroEn un momento en el que el interés de los españoles por abaratar la factura energética converge con las normativas comunitarias y nacionales en materia de construcción, las casas pasivas surgen como una opción cada vez más habitual. Según los expertos, el sector se enfrenta a dos retos. El primero pasa por conseguir mano de obra especializada, familiarizada con los nuevos materiales: «Nos cuesta mucho encontrar a profesionales. Necesitamos gente que conozca los materiales y sepa cómo construir según los estándares de Passivhaus, y hay muy, muy pocos perfiles así en España», advierte Marsinyach.
Por su parte Diedrich señala que la clave es concienciar a la sociedad: «Tiene que cambiar nuestra mentalidad, tenemos que comprender que cuando perdemos calor por una ventana, perdemos dinero en realidad. No hay cultura de aislamiento en España. Yo comparo nuestros edificios con las cafeteras: son todos jarras de cristal que se calientan constantemente con una resistencia cuando deberían ser termos».
Las centrales renovables tienen un punto débil: en general, cuando el viento deja de soplar y el sol no sale, dejan de producir electricidad. ¿Se puede almacenar eficazmente la energía que se produce en el momento de mayor actividad para poder utilizarla cuando la necesitemos?
El problema es que acumular electricidad no es tan fácil cuando se trata de cantidades de energía importantes. En la actualidad, alrededor del 95 % de estos sistemas se basan en la tecnología de las centrales hidroeléctricas reversibles o de bombeo. Las centrales hidroeléctricas constan de dos embalses situados a distintas alturas.
Cuando la demanda de electricidad es alta, la central deja pasar el agua desde el embalse superior al inferior a través de las turbinas, generando electricidad, y aprovecha los ciclos de baja demanda para bombear el agua de vuelta al embalse superior. A pesar de eso, su construcción degrada el entorno además de estar limitada por la orografía del terreno
Se podría sostener un método válido para almacenar la energía del aire. En el momento en que hay mayor cantidad de energía se podría comprimir y guardar bajo presión en recipientes o cuevas hasta que la necesitemos. Después se debería extraer y pasarlo por turbinas.
El incoveniente es aportar calor al aire, ya que se debe quemar gas natural, que contamina. ¿Y qué pasa cuando lo que tenemos es un campo de helióstatos, esto es, un conjunto de espejos apuntando a una gran caja negra? En este caso es posible aplicar los principios del almacenamiento termoquímico de energía, una tecnología en la que España es pionera.
En la actualidad se trabaja en imanes superconductores capaces de liberar la energía casi al instante y de soportar infinitos ciclos de carga y descarga, o módulos de energía gravitacional que utilizan el mismo principio que las centrales hidroeléctricas reversibles pero con masas sólidas… Se trata de un punto clave para las renovables, que, sin duda, van a requerir sistemas baratos, fiables y masivos.
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