¿Cómo han de ser las ciudades del futuro para que sean el motor del cambio hacia un escenario más sostenible y respetuoso con el medio ambiente? Desde esta nueva sección, vislumbraremos esas Ciudades sostenibles del futuro. Esta semana: el modelo energético.
El sistema energético actual implica la existencia de grandes sistemas de transporte y distribución, centros de transformación etc. integrados en un sistema complejo de diseñar, operar y mantener.La generación distribuida supone un cambio en la forma de producir electricidad, planteando generarla en los propios puntos donde se consuma. Además de que estos sistemas serían más sencillos, tendrían un menor coste y permitirían aprovechar las fuentes de energía renovable de cada localización. También abrirán la puerta a que los propios usuarios sean a la vez suministradores, pasando de consumidores a prosumidores.
- Aerogeneradores en miniatura Ubicados en las cubiertas de los edificios, podrían aprovechar los vientos de las capas más altas, donde generalmente la velocidad es generalmente mayor. Las ciudades del futuro contarán con mapas eólicos que indicarán las zonas en las que es recomendable instalar aerogeneradores, atendiendo a su producción energética, ruido e impacto visual.
- Paneles 2×1 en electricidad y calor El agua caliente sanitaria representa el 26% del consumo energético de los hogares españoles. Estos paneles híbridos permiten generar agua caliente con la radiación solar y producir energía eléctrica al mismo tiempo. De este modo, con unos pocos paneles de este tipo podremos cubrir distintas necesidades, siendo especialmente importantes en lugares como viviendas, hoteles, gimnasios o residencias.
- Sacándole partido al mar Las ciudades costeras también dispondrán de sistemas que aprovechen la energía de las olas, así como de las mareas, para producir electricidad. El mar también podrá ser aprovechado para crear redes de refrigeración y reducir el consumo eléctrico de los aires acondicionados.
- Parques de biomasa El mantenimiento de parques, jardines y zonas verdes puede suponer una importante fuente de materia prima para obtener biomasa. Existirán mapas y bases de datos con los ‘residuos’ que se pueden obtener de cada una de ellos y se armarán cadenas logísticas para reaprovecharlos. Posteriormente esta biomasa podrá suministrarse para alimentar las calderas de pellets de las viviendas, reduciendo el consumo de combustibles fósiles.
- Aerogeneradores que parecen farolas Generalmente de potencia ligeramente mayor a los miniaerogeneradores, se ubicarán aerogeneradores de eje vertical en zonas estratégicas, permitiendo aprovechar los vientos típicos de la ciudad, turbulentos y racheados. Podrían suministrar energía para iluminar los parques o las zonas de aparcamiento donde se instalarán, así como a edificios cercanos. Algunos prototipos incluso plantean eliminar las palas y producir energía con la oscilación del poste al moverse con el viento.
- Sacar calor del suelo En la geotermia un fluido circula por una red subterránea de tuberías para luego volver a la vivienda a mayor/menor temperatura. Este sistema, apoyado por calderas de biomasa/biogás, podrá ofrecer calefacción y refrigeración, tanto a nivel particular como de edificio o barrio, y resultará especialmente interesante en las zonas más masificadas.
- Pilas ‘de barrio’ Para poder aprovechar al máximo todas estas fuentes de energía, se desarrollarán unos centros de almacenamiento que permitan acumular la energía excedente. Así, sería posible reutilizarla en otros días u horas en que haya baja producción. También se abrirá la puerta al intercambio de energía entre edificios o incluso barrios.
- Paredes y suelos que producen energía Cada año el sol arroja 4.000 veces más energía que la que consumimos. La energía fotovoltaica y la arquitectura se fusionarán y los edificios se diseñarán integrando los paneles como parte de su estructura, constituyendo fachadas, tejados o incluso pavimentos. La nanotecnología permitirá mejorar los rendimientos actuales de los paneles, situados en torno al 20%.
Esta sección se realiza con la colaboración del Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (CIRCE)
Via: El Heraldo